lo que me moviliza
no es la casa, la ropa,
el mobiliario,
tampoco me mueven
los nombres, las castas,
o el nobiliario...
pero lo que sí me moviliza
es la alegría, tu sonrisa...
lo que me mueve
no es el viento,
sino el sentimiento,
ese día a día, esa entrega
que me llega
en forma de tus abrazos largos.
I.R.